jueves, 11 de agosto de 2016

¿Cómo cuidar una planta de aloe?


Los aloes son una gran familia de plantas con flores (Liliaceae), muchas de las cuales son de interior. Los aloes son originarios de Madagascar, África y Arabia. Todas son plantas jugosas, lo que significa que provienen de zonas secas donde hace mucho tiempo hubieron de adaptar sus tallos y hojas para almacenar agua y, de esa manera, sobrevivir durante un tiempo prolongado de sequía.



La mayoría de los aloes forman rosetas de hojas sin tallos y superpuestas, algunas veces con dientes doblados a lo largo de los bordes de las hojas o con espinas. Al inicio de la primavera o a finales del verano, brota un pedúnculo largo repleto de flores tubulares de color naranja intenso con forma de campana.

El aloe vaerigata ha sido una de las plantas de interior favorita durante un centenar de años, ya que es atractiva, de hojas carnosas, rígidas y una forma definida

Cuidados del aloe en primavera y verano


El aloe le agrada una posición libre de corrientes de aire, pero aireado, con luz intensa; aunque solamente aquellos de hojas lustrosas pueden vivir a pleno sol. Riega el aloe de manera regular, aunque moderadamente, esperando siempre que la tierra se seque por completo antes de volver a regar. Ten en cuenta que el agua no debe quedar estancada en la base de las hojas, ya que eso favorece la putrefacción.

Abona el aloe una vez al mes durante la primavera-verano con un buen fertilizante líquido y, todas las primaveras, cámbialo a una maceta más grande usando un compost con base de turba y arenoso. Asegúrate de trasplantarlos a la misma profundidad que antes tenía. Es requisito indispensable que el compost drene bien, porque el aloe no tolera el exceso de agua. Para facilitar el drenaje de la planta, deberás colocar una capa de arena encima del compost; de esa manera, el agua drenará rápidamente.


Cuidados del aloe en otoño e invierno


En verano, cuando el crecimiento es retardado, deberás reducir la cantidad de agua que estés proporcionándole al aloe. En invierno, debes mantener la planta seca. Espera a mediados de primavera cuando el tiempo es más cálido para reanudar el riesgo. No obstante, continúa proporcionándole buena luz y la mayor cantidad de sol posible durante el otoño e invierno.

El aloe nevera puede tolerar una temperatura mínima de 10 °C y una máxima de 24 °C, siendo 18 °C la temperatura ideal.

Propagación del aloe, problemas y soluciones

Siembra semillas de aloe en un compost arenoso de buen drenaje a finales de invierno y comienzos de la primavera. Coloca la bandeja con las semillas en un sitio sombreado, a una temperatura de 21 °C y mantén el compost apenas húmedo.

Las raíces comienzan a pudrirse si la temperatura desciende 10 °C, especialmente si la tierra está muy húmeda. Traslada la planta a un lugar más cálido y luminoso, donde puedes dejarla secar por completo y quizás salvarla. Ocasionalmente, puede aparecer el ácaro rojo si el aire es muy estático. Si llegara a presentarse, rocía con un insecticida y traslada la planta a un lugar ventilado.

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