Feijoa es un género
compuesto por dos especies de arbustos o árboles pequeños de hoja
persistente de la familia Myrtaceae. Su nombre se encuentra dedicado al que fue
director del Museo de Historia Natural de San Sebastián, J. da Silva Feijó.
Características de la Feijoa
Estos arbustos pequeños, de los cuales se cultiva solamente
uno, tendrían que estar mucho más extendidos en el mundo de la jardinería, porque además de ser decorativo, tanto por
su hoja perenne como por su coloración grisácea, generan un fruto comestible
realmente muy sabroso, que suele ser utilizado en confitura.
Las dos especies de
Feijoa son sudamericanas, preferentemente de Brasil, Argentina, Paraguay y
Uruguay: en estos países de origen, la Feijoa puede llegar a alcanzar los 18 m
de altura, aunque en otras latitudes difícilmente superan los 4 o 5 m.
En el momento de la floración, la Feijoa es súper decorativa por la gran cantidad de flores y por
su forma. Esta es anual, pero la fructificación suele ser irregular. Es preciso
la presencia de algunos pájaros e insectos que polinicen las flores.
Cuidados culturales de la Feijoa
La Feijoa no suele ser una planta exigente en cuanto a la
composición del suelo, aunque se acomoda mejor a la textura arenosa y de
composición arcillosa silícea y rica en materia orgánica y humus. Más allá de
ser de origen subtropical, la Feijoa soporta los ambientes secos y puede llegar
a resistir temperaturas invernales de hasta menos de 15 °C, lo que la convierte
en un arbusto o árbol pequeño que debiera ser mucho más empleado, sobre todo
por su resistencia frío y por ser perenne.
No precisa poda, pero su expansión natural es desordenada,
por lo que, si quieres conservar un ejemplar, tendrás que cuidar su estructura
mediante podas. A pesar de la resistencia al frío, en zonas con inviernos
rigurosos es mejor resguardarla al abrigo de una pared, un talud o un muro y
orientarla adecuadamente.
Propagación de la Feijoa
La reproducción de la
Feijoa es fácil a través de la siembra de semillas. No obstante, son
difíciles de obtener, porque, si las plantas existentes en la zona o país no
generan frutos y, por consecuencia, semillas, estas tendrán que ser importadas
en sus regiones de origen.
Las semillas germinan en primavera y las plántulas
se cultivan en macetas individuales una vez que hayan alcanzado una altura de
10 cm. Puedes recurrir al acodo aéreo en primavera, y al injerto. Estos últimos
dos métodos se usan especies que se autofecundan.
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