Hoy en día en el mercado hay una gran variedad de insecticidas que todo aficionado la
jardinería tendría que tener. Sin embargo, la elección puede ser
complicada, sobre todo teniendo en cuenta que algunos productos parecen tener
las mismas aplicaciones. No obstante, hay que recordar que en lo que atañe a la
elección de cualquier producto químico, es fundamental tener en cuenta la
seguridad en primer lugar.
Estos productos químicos no solamente serán usados en las
proximidades de la vivienda, donde los
niños y los animales domésticos podrán entrar en contacto con las plantas
tratadas con los insecticidas, sino que algunas de ellas pueden ser también
comestibles y retener residuos pesticidas incluso luego de haberlas lavado.
Afortunadamente, en la actualidad, la mayoría de los pesticidas han sido
autorizados por organismos nacionales de sanidad, aunque es importante respetar
las indicaciones del fabricante.
Tipos de insecticidas
Metaldheído: cuando la atmósfera es húmeda, la babosa y los caracoles pueden
representar un gran problema para nuestras plantas, pues ellos se alimentan
por la noche, justamente cuando tú duermes. Por tanto, es muy difícil combatirlos
con pulverización, por lo que lo ideal es utilizar un cebo químico, como estas bolitas de Metaldheído. Es importante
dejar en claro que muchos cebos tienen una coloración azul para disuadir a las
aves y otros animales que podrían sentirse tentados de comer este veneno. No
obstante, este color no disuade a los niños, por lo que debes tomar mucha
precaución al momento de usarlos.
Methiocarb: es
uno de los insecticidas más utilizados para controlar a las babosadas y los caracoles. Se usa en forma de cebos
azules, y habitualmente se presenta en forma de bolas pequeñas. Lo mejor de este
producto es que no pierde la eficacia cuando se humedece, por lo que es
especialmente útil para uso externo. Sin embargo, es fundamental proteger a los
niños y a los animales domésticos del Methiocarb.
Permetrina: se trata de un insecticida de contacto que
cuenta con un efecto rápido sobre todo los insectos voladores, siendo sumamente
efectivo para combatir la mosca blanca,
los trips, los mosquitos y los ácidos. La Permetrina puede encontrarse en el
mercado en aerosol para aplicarla en forma de lluvia, o bien, como concentrado
líquido para ser diluido en agua y aplicado a cualquier grano comestible que
pudieran producir las plantas como por ejemplo el limonero.
Cabe dejar en claro que el intervalo que debe observarse
entre rociado y la ingestión del veneno, debe ser de 24 horas, mientras que si
se utiliza Melathion hay que esperar un período de siete días. Si bien, su
nivel de toxicidad es menor que el de otros tipos de productos químicos,
algunos insectos inocuos pueden verse afectados de manera negativa si no se
toman las precauciones al aplicar el
insecticida.
Pirimicarb: se trata de una aficida de contacto usado
para combatir el pulgón verde. Es
útil cuando algunas plantas comestibles se encuentran en floración en el
exterior de la vivienda y precisan que las abejas y otros insectos polinicen
las flores y, por tanto, producir el fruto. A diferencia de otros insecticidas,
el Pirimicarb es únicamente activo
contra los áfidos. El efecto es extremadamente rápido y todos los áfidos
que pudieran encontrarse en la planta tratada, morirán en media hora. No
obstante, aunque parezca un producto seguro, es fundamental observar todas las
recomendaciones del fabricante. El Pirimicarb se comercializa en aerosol y en
concentrado líquido.
Piretrina: es un producto natural de origen vegetal que
se usado durante muchísimos años. Si bien, es un insecticida antiguo, continúa
siendo eficaz para combatir la mosca
blanca, los mosquitos, los áfidos y los trips. La Piretrina es un
insecticida de contacto muy similar a la permetrina. Por otro lado, es
extremadamente tóxico para los insectos voladores, pero presenta un nivel de
toxicidad bajo para los animales y los seres humanos. Se encuentra en polvo,
concentrado líquido y aerosol.
Rotenona: es un insecticida derivado de una fuente
vegetal natural capaz de combatir plagas
como las orugas, la araña roja, los áfidos (pulgón verde y jején) y los
trips. Es un insecticida de contacto que se encuentra en forma de polvo que se “sopla”
sobre el follaje de la planta. También puede conseguirse como aerosol.
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